miércoles, 3 de junio de 2015

Desde la atalaya (Resemblanch-Torreta) II




2 comentarios:

Arantxa dijo...

El profe entre palmeras... siempre presentes en tu vida, allá donde mires. No sé si ya te habrás acostumbrado, a mí me ha costado cambiar pinos por naranjas... mira tengo ese tipo de reflexiones, jeje. ¿Es un lugar para quedarse? ¿Es tu lugar?

Luis Pueyo dijo...

Si, ya se han hecho presentes con tal fuerza que son parte de mi yo consciente e inconsciente. A veces me abruman y desearía incendiar el palmeral entero aunque es bello, muy bello, sobre todo visto como de pasada, no como una muralla abrumadora que constriñe todo lo que te rodea. La costumbre...que cosa tan subjetiva. Es para quedarse, sobre todo porque es una ciudad que ofrece mucho verde, inmensos remansos de paz donde desaparecer en medio de la voraginé urbana cotidiana. Pero nadie sabe cuál es su lugar...yo no lo se...he recorrido ya tantos. Al final hemos echado unas frases con profundidad filosófica...besos.

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